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25/11/2017

Sabin Etxea abrirá sus puertas a la ciudadanía en el 25º aniversario de su inauguración

EAJ-PNV invita a la sociedad vasca y a su afiliación a participar los días 1 y 2 de diciembre en los actos conmemorativos de la apertura de su sede, una aportación arquitectónica al nuevo Bilbao

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Sabin Etxea abrirá sus puertas a la ciudadanía en el 25º aniversario de su inauguración

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Este otoño se cumplen 25 años desde que Sabin Etxea se presentara ante la sociedad vasca como la renovada sede del nacionalismo vasco y como aportación arquitectónica al nuevo Bilbao. Con el objetivo de celebrar estas bodas de plata, la sede central de EAJ-PNV, que se levanta en el solar que ocupaba la residencia de su fundador, Sabino Arana, abrirá sus puertas al conjunto de la sociedad vasca y a la militancia jeltzale los próximos días 1 y 2 de diciembre para albergar una serie de actos con los que EAJ-PNV pretende renovar el compromiso con el que se erigió el edificio: hacer de Sabin Etxea un centro de encuentro para la ciudadanía de Euskadi.

La celebración, que lleva el lema ‘La casa de guarda nuestros valores’, comenzará a las 19:00 horas del próximo viernes con una recepción a una amplia representación de la sociedad vasca. Andoni Ortuzar, presidente del Euzkadi Buru Batzar, dirigirá unas palabras a los asistentes para, a continuación, dar paso a un espectáculo visual que se proyectará sobre la fachada de Sabin Etxea cada media hora entre las 19.30 y las 22.00 horas. Con la técnica del ‘mapping’, atractivas imágenes e impactante música propondrán al espectador un original recorrido por la historia del edificio.

Las celebraciones continuarán el sábado con la apertura de las puertas de la sede a toda aquella persona que quiera conocer dónde y cómo desarrolla EAJ-PNV su actividad diaria. Entre las 10.00 y las 14.00 horas, las y los interesados podrán visitar las diferentes estancias de Sabin Etxea. El propio Ortuzar y la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, entre otros, harán las veces de guías. También las y los más pequeños tendrán un motivo para acercarse a Sabin Etxea. Exclusivamente para ellas y ellos se escenificará un espectáculo teatral concebido para esta efeméride y en el que se relatará el pasado, presente y futuro de Sabin Etxea. Los pases tendrán lugar cada media hora entre las 11.00 y las 14.00 horas.

Ya por la tarde, se volverán a repetir los espectáculos visuales sobre la fachada del edificio (19.00-22.00 horas) y, como colofón, habrá una sorprendente oferta para las y los jóvenes que será dada a conocer a lo largo de la próxima semana.

Aportación arquitectónica y cuna del nacionalismo vasco

La Sabin Etxea que hoy conocemos es un edificio dotado de una enorme carga emocional, afectiva y política para el nacionalismo vasco, pero hace 25 años su construcción supuso también una modesta pero valiosa aportación a la transformación que experimentó Bilbao en la última década del siglo XX. El edificio que diseñó el arquitecto alavés Koldo Eguren –y que era su ‘ópera prima’– es coetáneo del Museo Guggenheim Bilbao, inaugurado también en 1992, unos pocos meses antes. Ambas obras, cada una desde su realidad y salvando todas las distancias, son construcciones modernas que han contribuido a la transformación arquitectónica de la villa. 25 años después, Sabin Etxea es hoy un edificio que sigue sorprendiendo al visitante por su modernidad, por su belleza interior, por la aleación de la madera, el cemento y el acero, y por su perfecta integración en la apuesta urbanística de la capital vizcaína.

Sabin Etxea es, por supuesto, cuna del nacionalismo vasco. El edificio que hoy conocemos se levanta en el mismo solar en el que se levantaba la casa originaria de la familia Arana Goiri. Fue aquí, en 1865, donde nació Sabino Arana y Goiri, fundador de la formación jeltzale y quien sentó las bases ideológicas de lo que hoy es el nacionalismo vasco. Desde que su padre, Santiago Arana Ansotegi, decidiera construirlo en 1857 como vivienda familiar, el edificio vivió mil y una vicisitudes. Fue apedreado en 1898 en una manifestación españolista en protesta por la Guerra de Cuba; fue sede de los nacionalistas del Ensanche en 1931; a iniciativa de Luis Arana fue sede central del Euzkadi Buru Batzar, y tras el alzamiento franquista fue el lugar desde el que partió el batallón ‘Arana Goiri’ el 24 de septiembre de 1936, creándose al día siguiente el Euzko Gudarostea. Fue también objetivo militar, llegando incluso a ser bombardeada, aunque con escasa consecuencias. La entrada en Bilbao de las tropas franquistas, en junio de 1937, abrió la etapa más negra de Sabin Etxea. El régimen franquista incautó el inmueble y lo convirtió en la sede de la Falange y del Auxilio Social de la Sección Femenina, sustituyendo la ikurriña por el yugo y las flechas, para mayor escarnio de los nacionalistas vascos.

Que el movimiento decidiera instalarse en la casa de Sabino Arana no fue casual. El régimen, consciente del tremendo significado que aquel edificio tenía para el nacionalismo vasco, decidió demolerlo en diciembre de 1960. La Falange, en su afán represivo y queriendo evitar que se conservara ningún resto, quiso que la demolición fuera ejemplarizante, pero solo consiguió demoler la casa, nunca logró destruir lo que ésta representaba entonces y lo que hoy representa. Todo lo contrario, su carga simbólica aumentó aún más. La mayor parte de los escombros fueron arrojados en gabarras al mar. Pese a ello, varios afiliados consiguieron recuperar cascotes, ladrillos y tejas. Un balcón de la fachada original, desprendido en 1949 durante unas reformas, también pudo ser preservado. Sin saberlo, el alderdikide Markos Etxebarria Uriarte consiguió salvaguardar la que ahora es la joya de Sabin Etxea, que luce orgullosa en el hall del edificio.

La nueva Sabin Etxea

Hubo que esperar hasta 1979 para que EAJ-PNV pudiera adquirir el solar. Tras varios proyectos que no vieron la luz, en 1988 se retomó la idea de construir allí la nueva Sabin Etxea. Un año más tarde, se convocó un concurso para redactar el proyecto de la sede del Partido y fue el joven arquitecto Koldo Eguren el ganador del mismo. El alavés quería evitar que se tratara solo de un edificio de oficinas. Quería un edificio “fuerte, sencillo, estable, generoso y honrado. Esas son las virtudes que he querido plasmar en el diseño. Mi intención ha sido aplicar a Sabin Etxea la evolución lógica de su diseño; que sea distinto a la antigua, pero enraizado en ella”, explicó entonces.

Las obras comenzaron el 2 de agosto de 1990. Cabe destacar que buena parte de la financiación de las mismas se sufragó gracias a las aportaciones realizadas por todos los cargos de EAJ-PNV y por las aportaciones de la afiliación y de simpatizantes. Muchas familias entregaron un sueldo entero para financiar parte del coste de la obras. En la actualidad, en Sabin Etxea se desarrolla una intensa actividad a diario. El edificio levantado sobre el solar que vio nacer a Sabino Arana se ha convertido en un centro de trabajo al servicio de Euskadi, que es el mejor homenaje que se le puede hacer a su fundador.