El Bizkai Buru Batzar de EAJ-PNV se vuelve a ver en la necesidad de denunciar y condenar una nueva agresión contra una de sus sedes. El batzoki atacado en esta ocasión ha sido el de Igorre y, en la misma línea de los últimos días, las proclamas rezaban “Amnistia”, “Oier gogoan zaitugu”, “Agur eta ohore” y “PNV hiltzaile”. Las pintadas en estas sedes de Arratia se suman a las realizadas en los últimos días en varios batzokis de Bilbao, Portugalete, Markina-Xemein, Lekeitio, Areatza, Zeanuri, Iurreta, Bermeo, Sukarrieta, Busturia y Basauri. Ante la multiplicación de este tipo de actuaciones, la ejecutiva territorial vuelve a reclamar a sus autores que cesen de inmediato, ya que lejos de aportar soluciones no hacen más que entorpecer la anhelada normalidad que desea la mayoría de la sociedad vasca. Asimismo, se ratifica en su firme decisión de seguir reprobando este tipo de manifestaciones, vengan de quien vengan, ya que una postura pasiva ante las mismas podría acarrear la aceptación y la normalización de los hechos.

Amenazas de este tipo son siempre inaceptables, aún más en 2019, cuando la sociedad vasca ha dejado atrás, hace años ya, esta clase de actuaciones y actitudes violentas. Si bien es legítimo reivindicar la democracia, los derechos de los presos y cualquier otra cuestión política, no lo es hacerlo mediante acciones tan antidemocráticas como son las pintadas en sedes de partidos políticos. Esta es una acción más de aquellos que se encargan de alimentar la crispación y el conflicto; de aquellos que no quieren seguir el camino de la convivencia; de aquellos que no se paran a pensar ni un minuto y mezclan una reclamación con otra por el mero hecho de querer enfrentar e intimidar. Desde luego, si este tipo de acciones son su gran aportación a la causa que dicen defender, flaco favor le están haciendo. La única manera de encontrar soluciones es arrimar el hombro y trabajar de manera conjunta en el lugar e institución correspondiente, no en las fachadas y ventanas de, cabe recordar, propiedades privadas.