Galdakao.¿Qué supone la irrupción de Usansolo Herria?

Usansolo ha votado tradicionalmente al PNV, pero esta vez ha votado mayoritariamente a esta plataforma. Para mí ha sido una sorpresa porque Usansolo no tiene una gran necesidad de infraestructuras. Son mejorables, pero no tiene carencias. Creemos que lo que ha impulsado ese voto es el deseo de una mayor autocapacidad, un gran sentimiento de pueblo o las dos cosas. Y esa fuerza no se podía medir fácilmente.

¿Los cinco concejales logrados por Bildu representan una sorpresa?

Eso cabía dentro de lo razonable. Ha irrumpido con mucha fuerza en todo Bizkaia y en Galdakao también lo ha hecho. Antes de que les amordazasen desde España, Euskal Herritarrok llegó a tener cinco concejales y ha repetido el número de ediles.

¿Siente su aliento en el cogote?

No siento ninguna presión, quizá porque pertenezco a una generación diferente. La generación que nos precede, tanto la de EAJ como la de la izquierda abertzale, podía tener más resistencias para entenderse, pero nosotros tenemos menos prejuicios y menos sentimientos encontrados. Hay algunos gestos que no me gustan, pero confío en que todos podamos trabajar. Es el momento de construir pueblo y construir país.

Con esa falta de prejuicios, ¿ve factible un pacto con la formación? ¿Es partidario de un acuerdo para toda la legislatura o de alianzas puntuales?

Vamos a hablar con todos. Con la segunda fuerza hay una gran diferencia de votos; con la tercera, el salto es aún mayor. Creo que podría ser muy factible llegar a acuerdos puntuales, pero habrá que ver lo que nos exigen los partidos de la oposición, si van a estar en disposición de llegar a esos acuerdos en proyectos concretos, en cambios de política, etc. O si nos exigen un pacto estable.

¿Por qué el voto en Galdakao se encuentra tan atomizado?

Probablemente tenga que ver mucho la orografía. Galdakao es uno de los municipios vizcainos más dispersos: está Usansolo, con mucho voto aber-tzale: Aperribai, con mucho voto socialista... En medio se encuentra Bengoetxe, Urreta, La Cruz... En la medida que la mancha urbana se extienda, creo que se homogeneizará el carácter político.

Con el PNV gobernando en Basauri, ¿los problemas con la lanzadera podrían suavizarse?

Creo que sí. Esta misma mañana le decía a Andoni Busquet que uno de los primeros puntos que tendremos que abordar será la lanzadera. Es evidente que, como alcaldes del mismo partido, queremos favorecer a nuestros pueblos, pero luego habrá que ver los apoyos que se requieren.

Hasta ahora la relación en este tema ha sido tensa.

Sí, quizá hasta un punto malicioso. Tampoco lo hemos querido usar políticamente de forma agresiva, pero el Partido Socialista ha tenido una postura muy cómoda para no acercar la lanzadera al metro, diciendo "nosotros defendemos los intereses de los basauritarras". Ha sido un juego perverso porque no solo no la han acercado, sino que la han alejado.

Encauzar la salida de la crisis será una de sus prioridades.

Ha sido uno de los cuatro ejes de campaña y, siempre desde la limitación que tenemos los ayuntamientos, queremos crear un centro de desarrollo local con tres técnicos. Uno, el responsable del centro, otro especializado en comercio y hostelería, y otro enfocado hacia el autoempleo.

Uno de los retos para esta legislatura va a ser la atención a la juventud.

Sí, al margen de cómo juguemos los equilibrios en los plenos, planteamos una estrategia para fomentar la creatividad de los jóvenes con un centro neurálgico, denominado antena, donde la juventud pueda explorar cualquier disciplina artística.